Nayely Guadalupe Ceballos Mora.
Se
refiere a la violencia prolongada y repetida, tanto mental como física, llevada
a cabo bien por un individuo o por un grupo de individuos, dirigida contra un
individuo que no es
capaz de defenderse ante dicha situación, convirtiéndose éste en víctima. (Rubio, 2007)
capaz de defenderse ante dicha situación, convirtiéndose éste en víctima. (Rubio, 2007)
El Bullying escolar
Quienes intervienen en el acoso escolar
El agresor: individuo que mantiene la conducta
agresiva en el tiempo, no el que en un momento puntual manifiesta un
comportamiento agresivo; utiliza su comportamiento para demostrar superioridad,
dominio y control ante el individuo.
Víctima: normalmente
son niños y niñas considerados como débiles o disminuidos por sus compañeros de
clase, tiene escasas habilidades de comunicación y de relación con los
compañeros, por lo que les resulta difícil pedir ayuda.
Observadores: tienen una gran importancia, pues de su
reacción va a depender en gran parte la resolución del problema.
Prevención
Para
la prevención del bullying en las escuelas se pueden desarrollar programas de
sensibilización contra el acoso entre iguales, tanto para los profesores como
para los alumnos y sus familias:
Profesores:
Escuchar
a los padres que nos cuentan que han detectado un posible caso de acoso
escolar. Los padres suelen acudir angustiados y desorientados al centro
docente. Los profesores han de mostrar mucha sensibilidad a la hora de
atenderlos y mostrarse receptivos ante sus preocupaciones. Han de tratar de
calmarlos y ofrecer soluciones claramente especificadas, que se encaminen a
garantizar la seguridad del alumno presuntamente acosado, a investigar lo que
sucede y a corregir las actitudes de los acosadores, poniendo de manifiesto que
medidas concretas se tomaran, la finalidad de las mismas y los resultados
esperados así como el plazo prudencial que pueda darse para valorar los mismos.
Contrastar lo que han relatado los
padres con otros posibles indicios que se hayan percibido en el centro, por
leyes que parezcan. Recordemos que el bullying se da en la inmensa mayoría de
los casos en lugares y momentos en que no existe una presencia directa del
docente, o los agresores se limitan a recordar a la victima de forma muy sutil
la situación de sumisión en la que le tienen atrapado (papelitos con notas que
circulan por la clase, sonrisas, miradas, etc.).
Incrementar
la supervisión de los lugares donde se da el acoso, los denominados puntos
calientes. Si bien es difícil vigilar estos lugares por requerir más personal
en los centros, se hace imprescindible priorizar esta vigilancia en los casos
en que haya sospecha de acoso.
Reforzar
(o introducir) el trabajo a nivel de clase sobre valores como la convivencia
pacífica, el respeto, la tolerancia, etc., trabajando con la empatía, es decir,
con la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Tengamos presente que los
acosadores quieren afirmarse ante el grupo en el que tiene lugar el acoso. Si
conseguimos que el grupo no les apoye, tendremos mucho a nuestro favor para
acabar con esta situación.
Alumnos:
Mejora de habilidades comunicativas.
Acabar
con la idea de que es necesaria la agresión para ganar poder dentro de las
relaciones entre personas.
Promover
amistades positivas y la aceptación de las diferencias. Dado que el acoso entre
iguales puede ser una reacción a la diferencia en un intento por restaurar lo
que consideran comportamiento adecuados, será necesario promover unos valores
de aceptación de la diversidad.
Aprender
a reconocer, valorar, evitar y controlar situaciones de riesgo de abuso por
parte de otros.
Tomar
conciencia de que deben informar y dar a conocer las situaciones de acoso hacia
ellos u otros compañeros.
Desarrollar
habilidades de seguridad personal: interacción social, solución de problemas, petición de ayuda. (Jimenez & Morlales,
2009)
Familia:
Tomar
conciencia de las consecuencias que pueden tener las situaciones de maltrato o
acoso entre iguales.
Interesarse por el desarrollo personal e
interpersonal de sus hijos, que aprendan a observar en ellos signos de malestar
y sufrimiento o que sepan qué es lo que deben hacer en caso de que sospechen
que su hijo está implicado en los malos tratos a un compañero.
Sensibilizarse
sobre la importancia del desarrollo personal y social de sus hijos y de sus
problemas.
Reflexionar
sobre la importancia de su estilo de interacción familiar. (Guardia., 2011)
Bibliografía:
Rubio, M. B. (2007). Acoso escolar. Desarrollo, prevención y
herramientas de trabajo. . Madrid: Narcea.
Vitero, F. B. (2006). SOS Bullying prevenir el
acoso escolar y mejorar la convivencia . Madrid : Coleccion al dia .
Jiménez, S. Y., & Morlales., E. L. (2009). Exclusión:
nuevas formas y nuevos contextos. España: Universidad de Castilla-La Mancha.
Guardia., R. M. (2011). Alumnado en situación de riesgo
social. España: Grao.