jueves, 21 de marzo de 2013

investigaciones acerca del Bullying


EL BULLYING ESCOLAR
El Bullying es un proceso complejo de victimización de otra persona que va mas allá de las simples discusiones o malas relaciones entre compañeros, y que se diferencia de estos por su naturaleza, su duración, su intensidad, sus formas, sus protagonistas, sus consecuencias y sus ámbitos. (Nieves, 2011)
Un comportamiento violento es aquel que se realiza intencionadamente para causar daño o destruir algo o a alguien. Normalmente viene provocado por la combinación de las características propias de la persona y de su entorno inmediato (padres, profesores, compañeros, amistades). A veces, el comportamiento violento surge por la exclusiva necesidad que siente el agresor de herir y atacar, y otras veces aparece como un medio para conseguir otro objetivo que no es propiamente la agresión, como por ejemplo, dinero o una determinada reputación. Esto último es muy frecuente en la adolescencia, ya que se ha comprobado que muchos jóvenes que se implican en actos violentos desean construir una imagen pública de duros y rebeldes para conseguir, de ese modo, el respeto de otros chicos de su edad e incluso de los adultos. (Estevez & Musitu, 2007)
Según Roland, cuando se habla de acoso escolar, éste se refiere a la violencia prolongada y repetida, tanto mental como física, llevada a cabo por un individuo o por un grupo de individuos, dirigida contra un individuo que no es capaz de defenderse ante dicha situación, convirtiéndose éste en víctima. (Gímenez, 2007)
El bullying no consiste únicamente en pegar a otras personas. Existen tres tipos básicos de acoso escolar: el físico, el verbal y el emocional. La mayoría es verbal. (Beane, 2006)
FACTORES QUE INTERVIENEN EN EL BULLYING
Factores personales: Por lo que se refiere al agresor, suele tratarse de sujetos con baja autoestima, ausencia de empatía, impulsividad o egocentrismo.
Factores familiares: Las familias, tanto del agresor como de la victima, suelen pecar de imponer una educación muy autoritaria o, por el contrario, muy negligente; existe muy poca comunicación familiar y, en numerosas ocasiones, se trata de familias desestructuradas.
Factores escolares: Suelen darse una ausencia de una figura de autoridad en el centro; existe poca comunicación y confianza entre los alumnos y los profesores; falta un reconocimiento social de la labor del profesorado y se ha instaurado en el centro la ley del silencio que impide hablar a la victima o a los posibles testigos por miedo a ser acusados de chivatos. (Veiga, 2010)
CONSECUENCIAS DEL BULLYING
Independientemente de las formas como son atormentadas las víctimas, los resultados tienen impacto en cualquiera de las áreas de la salud. Incluso las consecuencias van más allá de lo esperado, pues no solo las victimas sino también los observadores y el propio agresor terminan siendo dañados por el fenómeno.
En la victima: se produce miedo, sensibilidad, rechazo al contexto en el que se sufre la violencia; pérdida de confianza en sí mismo y en los demás, inseguridad, perdida de interés por los estudios que pueden llevar al fracaso escolar.
En el agresor: aumenta el perfil impulsivo y dominante, disminuye su capacidad de comprensión moral.
En los observadores: problemas parecidos a los de la víctima o a los del agresor, miedo a poder ser víctima de una agresión similar, reducen la empatía, aumentan el riesgo que de que sean futuro protagonistas directos de la violencia. 
El bullying ha existido desde siempre. El fenómeno del bullying en las aulas y en los centros de educación no es un problema muy extendido. Menos del 5% de los estudiantes se ve involucrado como agresor o como víctima de sus propios compañeros de una forma que podemos considerar peligrosa, esto es, sometido a victimización o provocado a otro verdadera indefensión social. (Imbermón, 2010)

Referencias bibliográficas:
Larios, A., & Cesar, J. (2009). HEKADEMUS. REVISTA CIENTIFICA DE LA FIIE, 41.
Beane, A. L. (2006). Bullying. Aulas libres de acoso . Barcelona: GRAO .
 Estevez, E., & Musitu, T. J. (2007). Relaciones entre padres e hijos adolescentes . Valencia : NAU .
Veiga, J. M. (2010). Estado de sitio. La cultura de la violencia en el siglo XXI Cui Prodest? San Vicente: Club Universitario .
Nieves, D. M. (2011). Las voces en la adolescencia sobre bullying desde el escenario escolar. Estados Unidos de America .
Korinfeld, H. D. (2005). Violencia, medios y miedos: los sentidos de las violencias, peligro, niños en la escuela . Buenos Aires : Noveduc .
Abdalá, A. L., & Martínez, A. P. (2008). “Bullying”: acoso esocolar. La violencia entre iguales. Acta Pediátrica de México, http://www.nietoeditores.com.mx/download/actapediatrica/jul-ago2008/29(4)-210-14.pdf.
Gímenez, M. B. (2007). acoso esolar. Madrid España: NARCEA.
Imbermón, F. (2010). procesos y contextos educativos . España: GRAO.
Sullivan, K. (2003). Bullying. españa: CEAC.


miércoles, 27 de febrero de 2013

Esquema de Trabajo para Propuesta de Mejora


Mayra Joselin Barajas Castillo. 
Nayely Guadalupe Ceballos Mora. 


Se refiere a la violencia prolongada y repetida, tanto mental como física, llevada a cabo bien por un individuo o por un grupo de individuos, dirigida contra un individuo que no es 
capaz de defenderse ante dicha situación, convirtiéndose éste en víctima. (Rubio, 2007)





                      El Bullying escolar








Quienes intervienen en el acoso escolar
    El agresor: individuo que mantiene la conducta agresiva en el tiempo, no el que en un momento puntual manifiesta un comportamiento agresivo; utiliza su comportamiento para demostrar superioridad, dominio y control ante el individuo. 
     Víctima: normalmente son niños y niñas considerados como débiles o disminuidos por sus compañeros de clase, tiene escasas habilidades de comunicación y de relación con los compañeros, por lo que les resulta difícil pedir ayuda.
          Observadores: tienen una gran importancia, pues de su reacción va a depender en gran parte la resolución del problema. 
  



Prevención
Para la prevención del bullying en las escuelas se pueden desarrollar programas de sensibilización contra el acoso entre iguales, tanto para los profesores como para los alumnos y sus familias:
Profesores:
  Escuchar a los padres que nos cuentan que han detectado un posible caso de acoso escolar. Los padres suelen acudir angustiados y desorientados al centro docente. Los profesores han de mostrar mucha sensibilidad a la hora de atenderlos y mostrarse receptivos ante sus preocupaciones. Han de tratar de calmarlos y ofrecer soluciones claramente especificadas, que se encaminen a garantizar la seguridad del alumno presuntamente acosado, a investigar lo que sucede y a corregir las actitudes de los acosadores, poniendo de manifiesto que medidas concretas se tomaran, la finalidad de las mismas y los resultados esperados así como el plazo prudencial que pueda darse para valorar los mismos.
 Contrastar lo que han relatado los padres con otros posibles indicios que se hayan percibido en el centro, por leyes que parezcan. Recordemos que el bullying se da en la inmensa mayoría de los casos en lugares y momentos en que no existe una presencia directa del docente, o los agresores se limitan a recordar a la victima de forma muy sutil la situación de sumisión en la que le tienen atrapado (papelitos con notas que circulan por la clase, sonrisas, miradas, etc.). 
  Incrementar la supervisión de los lugares donde se da el acoso, los denominados puntos calientes. Si bien es difícil vigilar estos lugares por requerir más personal en los centros, se hace imprescindible priorizar esta vigilancia en los casos en que haya sospecha de acoso.
 Reforzar (o introducir) el trabajo a nivel de clase sobre valores como la convivencia pacífica, el respeto, la tolerancia, etc., trabajando con la empatía, es decir, con la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Tengamos presente que los acosadores quieren afirmarse ante el grupo en el que tiene lugar el acoso. Si conseguimos que el grupo no les apoye, tendremos mucho a nuestro favor para acabar con esta situación.
 Dado el caso, tomar las medidas disciplinarias pertinentes, encaminadas, siempre que sea posible, a la reducación de las actitudes desadaptadas que han propiciado la situación y compensando las carencias de tipo afectivo, relacional etc. que las causaron. (Vitero, 2006)
    Alumnos:
  Mejora de habilidades comunicativas.
  Acabar con la idea de que es necesaria la agresión para ganar poder dentro de las relaciones entre personas.
  Promover amistades positivas y la aceptación de las diferencias. Dado que el acoso entre iguales puede ser una reacción a la diferencia en un intento por restaurar lo que consideran comportamiento adecuados, será necesario promover unos valores de aceptación de la diversidad.
 Aprender a reconocer, valorar, evitar y controlar situaciones de riesgo de abuso por parte de otros.
 Tomar conciencia de que deben informar y dar a conocer las situaciones de acoso hacia ellos u otros compañeros.
 Desarrollar habilidades de seguridad personal: interacción social, solución de problemas, petición de ayuda. (Jimenez & Morlales, 2009)



     Familia:
Tomar conciencia de las consecuencias que pueden tener las situaciones de maltrato o acoso entre iguales.
Interesarse por el desarrollo personal e interpersonal de sus hijos, que aprendan a observar en ellos signos de malestar y sufrimiento o que sepan qué es lo que deben hacer en caso de que sospechen que su hijo está implicado en los malos tratos a un compañero.
Sensibilizarse sobre la importancia del desarrollo personal y social de sus hijos y de sus problemas.
 Reflexionar sobre la importancia de su estilo de interacción familiar. (Guardia., 2011)

Bibliografía:
Rubio, M. B. (2007). Acoso escolar. Desarrollo, prevención y herramientas de trabajo. . Madrid: Narcea.
Vitero, F. B. (2006). SOS Bullying prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia . Madrid : Coleccion al dia .
Jiménez, S. Y., & Morlales., E. L. (2009). Exclusión: nuevas formas y nuevos contextos. España: Universidad de Castilla-La Mancha.
Guardia., R. M. (2011). Alumnado en situación de riesgo social. España: Grao.